La liebre presenta una carne muy sabrosa y aromática y su sabor es más fuerte que la carne de conejo ya que mantiene el aroma de las hierbas de las que se alimenta. Al tener un sabor pronunciado resulta innecesario el adobo y las marinadas. Los ejemplares adultos de liebre se suelen trocear, y cocinar en guisos o estofados para que la cocción prolongada ablande la carne. Se puede servir con numerosas guarniciones como puede ser arroz, setas o patatas.