Cómo congelar y descongelar kéfir

Cómo congelar y descongelar kéfir

Seguramente ya sabes que el kéfir es un producto lácteo muy similar al yogur líquido, fermentado a través de la acción de un conjunto de levaduras y bacterias en forma de gránulos que le dan el nombre de "kéfir", que en turco significa "bendición". Por esta fermentación, este alimento milenario es clave para proteger los intestinos, puesto que posee un probiótico que facilita la digestión y mejora las defensas del organismo, entre otros beneficios. Así mismo, el kéfir destaca por ser rico en calcio, proteínas y vitamina B12.

Tanto el kéfir de agua como el kéfir de leche son buenos para contraer y evitar la indigestión, la candidiasis o el estreñimiento, así como para estimular las defensas del organismo. Sin embargo, una vez preparado es necesario consumirlo en un periodo de corto de tiempo, que suele rondar la semana o semana y media. Por ello, es habitual que nos preguntemos cómo servar kéfir, qué métodos de congelación existen y cómo debemos descongelarlo después. Pues bien, en este artículo de Recetas Gratis aprenderás cómo congelar y descongelar el kéfir, junto con algunas técnicas y recomendaciones para una conservación adecuada del mismo.

Cómo conservar el kéfir

Una vez que hayas preparado el kéfir llenando los recipientes de cristal con leche fresca, en el caso del kéfir de leche, o con agua a temperatura ambiente, si se trata de kéfir de agua, y los nódulos de kéfir, deberás cerrar los tarros tapando la apertura con una servilleta o gasa y sujetándola con una goma elástica. A continuación, deja que el kéfir repose y crezca en un lugar oscuro y hermético.

Si haces el kéfir a mediodía, para la noche del día siguiente ya podrás consumirlo. Para ello, deberás colar el kéfir, reservar los gránulos en un recipiente de cristal y cerrar el tarro con leche o agua kefirada herméticamente para guardarlo en la nevera, tal y como harías con un yogur. También se puede conservar el kéfir en la nevera en botellas de plástico, aunque recomendamos optar por recipientes de cristal. En cualquier caso, el kéfir dura hasta 15 días. Si lo deseas, lo puedes mezclar con azúcar, con miel, con batido de frutas, con frutos secos y con chocolate. No obstante, si el objetivo de tomar kéfir es mejorar el tránsito intestinal y mantener la línea, lo ideal es consumirlo sin azúcar añadido ni miel para preservar en mejores condiciones sus bacterias beneficiosas.

Si te sobran nódulos de kéfir o tienes que ausentarte unos días, la mejor forma de conservar el kéfir es sumergiendo los nódulos en leche y reservar el recipiente cerrado dentro del frigorífico para ralentizar la fermentación durante 4 o 5 días.

A medida que utilizas los gránulos de kéfir, estos van creciendo. Cuando la cantidad se hace excesiva, es necesario retirar los sobrantes. Eso sí, ¡no los deseches!, puedes regalarlos a un familiar o un amigo para que prepare su propio kéfir.

Cómo congelar kéfir

¿Se puede congelar el kéfir? ¡Por supuesto! Si te ausentarás durante más de 5 días o simplemente no te apetece consumir esta bebida en una temporada, puedes congelar los granos de kéfir perfectamente para que te dure hasta 18 o incluso 19 meses. Para hacerlo, primero deberás lavar el kéfir con agua a temperatura ambiente, vigilando que no caiga con demasiada potencia sobre los gránulos. Es importante que lo laves con agua lo más libre de cloro y cal posible y que lo enjuagues con sumo cuidado para no quitarle todas sus propiedades. Una vez lavado, escurre bien el kéfir en un colador o tamiz que no sea de metal. Para garantizar que los nódulos no tienen líquido, puedes dejarlos escurriendo durante unos minutos.

Una vez escurridos, guarda los granos de kéfir en un recipiente de cristal con una tapadera segura. También puedes guardar los nódulos en un bote de plástico de supermercado con tapa, siempre y cuando se cierre herméticamente y evita la entrada de aire. En ambos casos, es preciso introducir el tarro con el kéfir en otro recipiente de cristal con un buen sistema de cierre para evitar que el frío penetre directamente y acabe con la vida de los hongos.

Es recomendable que añadas la fecha del día de su congelación para así controlar que los nódulos de kéfir no permanecen congelados durante más de 19 meses, siendo lo ideal descongelarlos a los 12. Cada tanto, deberás abrir el recipiente para que libere los gases naturales de la preparación (sobre todo si se trata de kéfir de leche) y volver a cerrar.

Cómo congelar kéfir de leche

El método de congelación explicado es igual para congelar kéfir de agua que el kéfir de leche. La única diferencia reside en el lavado, puesto que el kéfir de leche requerirá un lavado más minucioso que el de agua. De esta forma, en ambos casos es preciso retirar los gránulos del líquido, lavarlos bien, escurrirlos todo lo posible e introducirlos en recipientes que, luego, se guardarán en un tarro más grande.

Lo importante a la hora de congelar el kéfir es garantizar que los tarros están cerrados herméticamente para que no entre aire. Esto es posible porque las bacterias que contiene el kéfir no necesitan oxígeno.

¿Se puede congelar la leche kefirada?

Se puede congelar la leche kefirada en tarros de cristal con cierre hermético pero no es lo más aconsejable. Lo ideal es congelar los granos de kéfir y consumir la leche kefirada en el periodo de tiempo estipulado. Si consideras que no podrás consumirla y deberás desecharla, entonces congélala.

¿El kéfir congelado pierde propiedades?

No, el kéfir congelado no pierde propiedades ni beneficios, de manera que es posible someterlo a este método de conservación sin problema. Así, se consigue conservar el kéfir en perfectas condiciones durante más tiempo y se puede disfrutar de la elaboración de esta bebida sin dificultades, a pesar de estar ausentes durante días, semanas o meses.

Cómo descongelar kéfir

Para descongelar gránulos de kéfir y reactivarlos, retira el recipiente del refrigerador y déjalo una noche entera a temperatura ambiente para que se descongele solo. Si se trata de kéfir de agua, es conveniente evitar los rayos solares. Al día siguiente, escurre los granos en un colador o tamiz sobre un recipiente de vidrio. Para escurrir bien el suero o líquido, puedes ayudarte con una cuchara de plástico o madera.

Cómo regenerar el kéfir congelado

Si se trata de kéfir de leche, una vez descongelado siguiendo el método anterior podrás ponerlo en un nuevo frasco con leche. Para ello, no es necesario que laves el kéfir, con escurrirlo es suficiente. Una vez en el frasco o recipiente de vidrio con la leche fresca, tapa el kéfir con una servilleta de cocina y déjalo reposar a temperatura ambiente durante al menos dos días. Al cabo de dicho tiempo podrás observar cómo se ha fermentado hasta el punto de convertirse en un yogur espeso. Para consumirlo, deberás escurrirlo nuevamente para quitar el suero. Este procedimiento se puede repetir todas las veces que se desee.

Ahora bien, si es kéfir de agua lo que se ha congelado, el proceso de reactivación del hongo cambia. Así, tras descongelar el kéfir, es necesario escurrirlo e introducirlo en un recipiente con agua y azúcar. La cantidad de azúcar puede ser la habitual para preparar el agua de kéfir, no obstante, es importante resaltar que después de haber sido congelado el hongo necesita alimento, por lo que es conveniente agregar un poco más de azúcar para que se regenere más rápido.

Una vez regenerado, ya es posible utilizar la leche kefirada o el agua para consumir o elaborar recetas. Por ejemplo, puedes preparar un bizcocho siguiendo una receta de bizcocho de yogur y sustituyendo el yogur por leche kefirada o usar el agua para hacer jugos de frutas para adelgazar.

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