El lomo es una de las carnes con menor tenor graso, por tanto, tiene poca grasa. Por ejemplo, podemos observarla en otros cortes donde la carne parece veteada con líneas blancas y esto le proporciona al corte mucho sabor y humedad. Para preparar el lomo y que no quede duro, la clave está en no pasarlo de cocción, en sellarlo y acompañarlo con una salsa. Todo esto y mucho más aprenderás en esta receta exquisita.
Asimismo, en RecetasGratis te enseñamos cómo hacer medallones de lomito. ¡A cocinar!
Pela y pica la cebolla para saltearla en una sartén antiadherente con 1 cucharadita de aceite. Cuando esté transparente, baja el fuego al medio y continúa salteando hasta que caramelice. Si notas que se está secando y pegando, añade 1 cucharada de agua caliente para que levante el fondo de cocción, pero no tanto como para hervirla. Repite cuantas veces sea necesario.
Mientras, limpia los medallones de lomito y átalos con un hilo de cocina para que mantengan su forma redondeada durante la cocción. Reboza los medallones con la harina para que al cocinarlos primero se sellen y le aporten a la salsa algo de cremosidad. Este punto es clave para que la carne quede bien jugosa, ya que esa capa dorada hace que los jugos queden concentrados dentro del corte de carne.
Cuando la cebolla esté caramelizada, retírala de la sartén y, en el mismo fondo de cocción, añade 1 cucharadita extra de aceite para sellar la carne vuelta y vuelta. No la muevas hasta que esté dorada o se pegará la harina a la sartén. En este punto no buscamos cocinar la carne, solo dorarla.
Truco: puedes agregar un poco de agua caliente si se está pegando el resto de la base de la sartén, pero ten en cuenta de no agregar mucha, por el contrario, se hervirá la carne.
Cuando tus medallones de lomito estén dorados por ambos lados, añade el vino blanco junto con la mostaza. Remueve para que no se formen grumos y mantén el fuego alto hasta que el olor cambie de ácido a dulce, así sabrás que se ha evaporado todo el alcohol.
Por último, agrega al salteado la cebolla y baja el fuego a medio. A continuación, añade un difusor debajo y tápalo. Esto hará un efecto horno para que la carne se cocine por completo. Para saber que está lista, deberás ver que los jugos de la carne cambian de rojos, como ves en la imagen, a traslúcidos marrones.
Truco: si no tienes difusor, puedes completar la cocción de la carne en el horno.
No olvides retirar el hilo de la carne antes de servirla, sobretodo si lo haces para niños.
Ahora sí, sirve y disfruta tus medallones de lomito con la salsa de cebolla y mostaza. ¡A comer! Cuéntanos si lo pruebas y comparte la foto del resultado final.
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Si te preguntas con qué acompañar estos medallones en salsa de vino blanco, déjanos recomendarte algunas opciones. Por un lado, un clásico puré de papas siempre acompaña bien la carne. Sin embargo, si deseas una opción más saludable y equilibrada, puedes combinar el puré de calabaza y calabacín. De esta manera, le agregarás más fibra y volumen con pocas calorías al plato. Si más bien estás en un clíma cálido o simplemente prefieres las ensaladas, puedes combinar los medallones con una fresca ensalada de rúcula con crutones de pan saborizado.