Cuenta la historia que las típicas rosquillas madrileñas se elaboran desde 1921. Es tradición empezar a prepararlas los primeros días de mayo y continuar hasta el final de las fiestas de San Isidro Labrador. Existen 4 variedades de rosquillas de San Isidro, sin embargo, las más populares son las llamadas rosquillas tontas y rosquillas listas. Ambas se cocinan al horno, la diferencia es que unas llevan un glaseado dulce por encima y las otras no.
Hay varios métodos de preparar las típicas rosquillas de San Isidro, pero en RecetasGratis vamos a facilitar una de las recetas más sencillas y tradicionales. Sigue leyendo y descubre con nosotros cómo hacer rosquillas de San Isidro.
Muele las semillas de anís con el azúcar y dos tiras de cáscara de limón. La cáscara de limón y las semillas de anís aromatizan todavía más las rosquillas de San Isidro, pero hemos de advertir que hay recetas que no incluyen estas semillas.
Añade 3 huevos, el anís y el aceite, bate durante 2 minutos a máxima velocidad y reserva. Una vez que esté batida la mezcla, notarás ese aroma que deja el anís tan peculiar.
Truco: El cuarto huevo
Tamiza la harina con la levadura para que la masa de las rosquillas de San Isidro queden más esponjosa.
Agrega la mezcla batida a la harina tamizada y mezcla hasta obtener una masa untuosa y bastante pegajosa. Si la masa queda demasiado líquida, añade algo más de harina, aunque ten en cuenta que debe ser bastante blanda y algo pegajosa.
Amasa durante unos minutos para formar una masa que se despegue del recipiente. Hecho esto, sin sacarla, espolvorea algo de harina, tapa el recipiente con un paño de cocina y guarda la masa en la nevera durante una hora.
Pasado el tiempo de reposo, saca la masa y unta tus manos en aceite para poder trabajarla sin problemas. Forma una pequeña bola, introduce el dedo meñique en el centro para perforar la rosquilla y deposítala en una bandeja para horno, que previamente habrás forrado con papel de horno para evitar que se peguen. Es importante colocar las rosquillas de San Isidro con cierta separación entre ellas porque crecerán durante la cocción.
Truco: Precalienta el horno a 180 ºC arriba y abajo.
Bate el cuarto huevo que tenías reservado y pinta todas las rosquillas con él. Después, hornea las rosquillas de San Isidro durante 15 minutos, colocando la bandeja a media altura. En función del tipo de horno es posible que necesites un poco más de tiempo.
En este punto, ya tendrás listas tus rosquillas tontas, que son unas estupendas rosquillas básicas. No obstante, para que puedas preparar también la variedad más dulce, en el siguiente paso veremos cómo hacer las rosquillas de San Isidro listas.
Prepara un glaseado de limón batiendo una clara de huevo a punto de nieve. A medio batir, empieza a añadir el azúcar glas y el zumo de limón en forma de hilo, todo ello sin dejar de mezclar.
No es necesario que viertas todo el jugo de limón, si ves que toma un brillo perfecto y el merengue se monta bien, solo con la mitad, déjalo así. Cuando esté listo, pasa una rosquilla para cubrir con este glaseado solo una de las mitades y colócala sobre una rejilla. Repite este proceso con todas las rosquillas que quieras hacer así. Tardarán unas 24 horas en estar listas porque el merengue debe quedar completamente seco y duro.
Cuando todas las rosquillas estén listas, ya podrás disfrutarlas acompañadas de un chocolate caliente, un batido, un zumo de frutas o lo que quieras. Esta receta de rosquillas de San Isidro es la más básica, pero te permite preparar las dos variedades más populares durante esta festividad madrileña. Cuéntanos, ¿cuál es tu favorita?
Si te ha gustado la receta de Rosquillas de San Isidro, te sugerimos que entres en nuestra categoría de Recetas de Roscos. También puedes visitar una selección de las mejores recetas españolas.
Decíamos al inicio que existen 4 variedades de rosquillas de San Isidro, aunque en esta receta hemos aprendido a preparar solo 2 de ellas. Pues bien, dichas variedades son las siguientes:
- Rosquillas tontas
- Rosquillas listas
- Rosquillas de Santa Clara
- Rosquillas francesas
Todas ellas se prepararan en Madrid desde hace muchísimos años. En época de primavera (a primeros de mayo), con la festividad de San Isidro, se solían vender en los mercados acompañadas de una variación de roscas diferentes, aunque realmente las más aceptadas por el pueblo eran las rosquillas tontas y las listas. En torno a este dato, existen distintos relatos que narran la historia de las rosquillas de San Isidro, no obstante, el más popular es el que tiene como protagonista a la "tía Javiera", el personaje que más rosquillas vendía. Tanto es así, que cuenta la historia que otros vendedores se hacían pasar por familiares de la tía Javiera para vender también sus rosquillas. Poco a poco, la venta de estas rosquillas se fue convirtiendo en una tradición, la tradición que hoy en día conocemos.