Precalentar el horno a 200º.
Poner a remojo las setas en un bol con agua para que se rehidraten.
Hacer un corte lateral a las castañas con un cuchillo de sierra para que luego se puedan pelar fácilmente.
Poner las castañas sobre una bandeja de horno y asarlas unos 15 minutos.
Picar el puerro y ponerlo a rehogar a fuego suave en una cazuela grande con un chorro de aceite unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando.
Sacar las castañas y en cuanto se puedan coger, frotarlas aún calientes con las dos manos para desprenderles la piel y quitársela con cuidado.
Pelar y cortar en cuatro trozos la patata.
Incorporar las castañas y la patata al puerro, salpimentar y rehogar un par de minutos.
Remojarlas con el vino, y dejar que este reduzca 2 o 3 minutos hasta que deje de oler a alcohol.
Mojar con un litro de caldo y reservar el resto. Llevar a ebullición y cocer unos 20 minutos.
Triturar la sopa y añadir unos 100 ml del líquido de las setas. Sumar la leche evaporada, mezclar y reservar.
Si queda muy espesa, se puede aligerar con más caldo o más líquido de las setas (pero sin pasarse con este último para que no domine demasiado el sabor). Hasta aquí se puede hacer con antelación.
Cuando se vaya a tomar la crema, escurrir bien las setas, secarlas un poco con un paño o papel de cocina y saltearlas con un chorrito de aceite en una sartén.
Salpimentarlas y servirlas como guarnición de la crema caliente.
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