Los tacos de alambre son una de las joyas más versátiles de la cocina mexicana; se preparan con carne salteada estilo parrillero y se combinan con pimientos, cebolla y queso fundido, creando un platillo lleno de sabor y textura. Su nombre proviene de la técnica de ensartar ingredientes, y hoy en día se disfrutan con tortillas de maíz calientes como un antojito nocturno. Si quieres saber cómo hacer unos ricos tacos de alambre, sigue leyendo porque en RecetasGratis compartimos una receta sencilla y deliciosa.
Para comenzar, corta la carne en cubos pequeños y sazónala con sal y pimienta. Déjala reposar mientras preparas los vegetales.
Corta en tiras las verduras: los tres tipos de pimientos y la cebolla blanca. También puedes usar solo un tipo de pimiento, según tu gusto.
En una sartén amplia, calienta el aceite. Agrega la cebolla y los pimientos cortados, y saltéalos de 4 a 5 minutos, o hasta que estén ligeramente suaves y caramelizados.
Luego, incorpora la carne sazonada y cocina a fuego alto, moviendo constantemente hasta que tome un color dorado por fuera y quede jugosa por dentro.
Una vez que la carne esté lista y cocida, baja el fuego y añade el queso rallado, cubre la sartén y deja que se funda ligeramente sobre la carne y pimientos.
Cuando el queso se haya fundido, sirve de inmediato. Utiliza tortillas calientes, coloca una porción generosa de alambre con queso ¡y listo! Ya puedes disfrutar de unos deliciosos tacos de alambre de res.
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Los tacos de alambre de res destacan por su mezcla equilibrada entre la jugosidad de la carne, el sabor ahumado y la dulzura de los pimientos. Para un mejor resultado, puedes añadir tocino picado: solo dóralo un poco antes de cocinar las verduras. También puedes variar esta receta con otro tipo de carne, como pollo, o incluso preparar una versión vegetariana con champiñones y calabacitas.
Si te sobra y quieres conservarlo, refrigéralo en un recipiente hermético por hasta dos días y recaliéntalo en sartén para mantener la textura.
Estos tacos de alambre son ideales para reuniones, pues se sirven al centro para que cada quien arme los suyos, creando un ambiente compartido en la mesa. El secreto está en no sobrecocer la carne, mantener su suavidad y dejar que el queso se funda al punto justo para envolver los sabores.
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Valor nutricional
(por comensal)
- Calorías: 687,5 kcal
- Proteínas: 45 g
- Grasas: 45 g
- Carbohidratos: 35 g
- Fibra: 5 g