La coliflor combina perfectamente con la salsa blanca, no solo por el color, sino también por el sabor. Pensando en aquellos a los que les cuesta incorporar vegetales a su dieta, las tartas, particularmente con salsas sabrosas como esta y una capa de queso gratinado irresistible, puede ser una buena forma de volver a intentarlo. Puedes usar este ejemplo con cualquier otra verdura como brócoli, espinaca, calabaza o, incluso, una combinación de todas ellas. También puedes agregar al relleno huevo picado, jamón, pollo u otros ingredientes similares para hacerla más proteica y, entonces, tener un plato completo.
En RecetasGratis te enseñamos cómo hacer tarta de coliflor y salsa blanca. ¡A cocinar!
Cocina la coliflor. Para ello, retira el cabo y lleva a un plato apto para microondas envuelto en film. Cocínalo por unos 5 minutos o hasta que esté tierno.
Por otro lado, calienta una sartén con la cucharada de manteca. Cuando esté derretida, agrega la harina y mezcla hasta formar una pasta.
Agrega la leche de una vez y remueve hasta que espese, así tendrás tu salsa blanca. Si deseas hacerla sin manteca, entonces calienta la mitad de la leche y en la mitad fría disuelve una cucharada colmada de maicena. Agrega a la leche caliente y revuelve con el fuego bajo hasta que espese.
Pica el coliflor cuando esté frío y mézclalo con la salsa blanca. Condimenta al gusto con la nuez moscada, pimienta y ajo en polvo. También puedes agregar otros condimentos como ají molido, sal o cúrcuma. Pruébalo y corrige si es necesario. Cuando te guste, agrega el huevo y mezcla.
Cubre el molde donde deseas cocinar la tarta con aceite y rellena con el coliflor y la salsa blanca. En este caso, es un molde de 24 centímetros de diámetro.
Haz un repulgue en los bordes para que queden más prolijos y esparce el queso rallado sobre la base para que se gratine. Cocina tu tarta en el horno pre calentado a 200-220 ºC por unos 20-30 minutos o hasta que la masa esté ligeramente dorada y el queso gratinado.
Reserva hasta que se entibie un poco antes de desmoldarla o sírvela desde el molde. ¡A comer! Cuéntanos si la pruebas y comparte la foto del resultado final.
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Las ensaladas de hojas verdes condimentadas con aceto balsámico combinan perfectamente con las tartas. Puedes usar desde lechuga o rúcula, tal vez verduras más comunes, hasta espinaca o kale. Como la tarta no tiene un gran aporte de proteínas, puedes agregar en la guarnición. Por ejemplo con un huevo picado o unos pedacitos de queso, así como en el propio relleno agregando jamón, pollo, merluza o ricota.
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