La tarta pavlova es un postre típico de Australia, aunque en Nueva Zelanda también es costumbre elaborarla y forma parte de su lista de postres tradicionales. De hecho, todavía hoy es desconocido el origen exacto de este plato, pues ambos países consideran que son los creadores.
La tarta pavlova se caracteriza por estar formada por merengue muy crujiente y decorada con frutas o nata montada. ¿Quieres saber cómo hacer este delicioso postre? Sigue leyendo esta receta de RecetasGratis y aprende cómo hacer pavlova casera australiana. Sin duda, la mejor tarta pavlova siempre es la casera, de manera que experimenta, prueba y descubre con nosotros la receta fácil que compartimos.
Lo primero que tienes que hacer para poder preparar la pavlova australiana es precalentar el horno a 200 ºC. Luego, engrasa un molde para repostería y cúbrelo con papel de hornear también engrasado con espray para cocinar.
Ahora que lo tienes todo listo, bate las claras con una pizca de sal hasta que se vean espumosas. De esta forma, empezarás a preparar el merengue casero.
Sin dejar de batir, incorpora el azúcar, el vinagre blanco y la esencia de vainilla de forma gradual. Deberás obtener una mezcla con una consistencia espesa. Una vez integrados los ingredientes, añade poco a poco la harina y sin dejar de mover. Sabrás que la mezcla está lista cuando se formen picos y la masa no caiga al darle la vuelta al recipiente.
Vierte la mezcla de la pavlova en la bandeja de horno forrada con papel de hornear, dándole forma circular y dejando un hueco en el centro para poder rellenarla después. Puedes hacer esto con ayuda de una cuchara o una manga pastelera. Hornéala durante 10 minutos y, pasado el tiempo, baja la temperatura 130 ºC y hornea la tarta pavlova durante una hora.
Pasado el tiempo de horneado, apaga el horno pero no retires la pavlova australiana, deja que se enfríe dentro sin abrirlo. Una vez fría, rellena la tarta con crema batida y fruta fresca como fresas. Como ves, la receta de tarta pavlova es muy sencilla y se presta a una infinidad de variaciones, ya que puedes rellenarla con lo que más te guste.
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La tarta pavlova clásica es muy fácil de hacer, sin embargo, no siempre es sencillo conseguir un buen merengue, que es la base de esta receta. Para lograrlo, recomendamos utilizar varillas eléctricas, ya que con las manuales es preciso batir con mucha energía y sin parar; con las eléctricas es más sencillo y el esfuerzo es menor. En su ausencia, una batidora eléctrica de mano también puede servirnos. Dicho esto, vamos con los trucos:
- El primer consejo que debemos tener en cuenta es que los huevos, o las claras en este caso, deben estar a temperatura ambiente para que se batan mejor.
- Luego, se baten las claras hasta que estén muy espumosas. Si no han empezado a montarse, no añadimos el azúcar.
- Una vez han empezado a alcanzar el punto de nieve, agregamos el azúcar en forma de lluvia y sin dejar de batir. Este es el truco más importante, puesto que si dejamos de batir las claras pierden volumen y es muy difícil volver a conseguirlo. Si tenemos azúcar glass, ¡mejor!
- Sabremos que el merengue está listo cuando adquiera una consistencia fuerte y no caiga al voltear el recipiente. Una vez en este punto, no batiremos más.
Además de esto, a la hora de hacer una tarta pavlova perfecta es esencial tener en cuenta el hueco central para poder rellenarla una vez horneada. De esta forma, la momento de colocar el merengue en la bandeja, formaremos como una especie de nido. Para ello, siempre es mejor usar una manga pastelera porque es mucho más precisa, no obstante, con una cuchara podemos obtener un buen resultado. Tras el horneado, si el agujero se ha cerrado, no pasa nada, podemos hacerlo retirando un poco de masa con la misma cuchara. Así, de paso, podemos probar el merengue y comprobar si el sabor es el adecuado.
Una vez lista, podemos hacer una tarta pavlova con frutos rojos, rellenando con una crema pastelera sencilla y decorando con este tipo de frutas. Así mismo, podemos hacer una pavlova de chocolate, pavlova de fresas o, incluso, mini pavlovas, aunque para este último postre será preciso hacer nidos mucho más pequeños.