Su buena combinación con rellenos dulces o salados hace de los croissants uno de los productos de bollería más populares en desayunos y meriendas. El croissant admite tantos rellenos como gustos. Permite enriquecerlos con mermeladas, nata montada, crema pastelera y sus derivadas, o de trufa. También admite rellenos salados, como jamón y queso, rellenos de queso crema, incluso diferentes tipos de ensaladillas. Según el tamaño final, se pueden presentar cortados en raciones individuales o, si son piezas pequeñas, en forma de variados canapés.

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