Cómo saber si el pollo está malo
¿Estás en la carnicería o en casa, y te parece que el pollo no se ve? Antes de comprarlo o consumirlo debes asegurarte que no está en mal estado. De esta manera seguramente, no sólo evitarás una muy desagradable experiencia, sino más importante aún, te proteges de una intoxicación alimentaria. Te adelantamos que es una tarea bastante fácil, y podríamos decir que casi intuitiva, ya que seguramente muchos de ustedes con anterioridad, han dejado de comerse algo, ya sea porque su aspecto no los convence del todo o porque su olor no es como debería. Hoy te enseñaremos cómo diferenciar con certeza, usando todos tus sentidos y nuestras observaciones para saber si el pollo está en mal estado.
En RecetasGratis te enseñamos cómo saber si el pollo está malo. ¡Vamos a ello!
Si el pollo está fresco o crudo
La carne fresca es atacada rápidamente por bacterias que se encuentran en el medio ambiente, y este riesgo se potencia cuando el clima es muy húmedo o caluroso. En el caso específico del pollo crudo, puede contaminarse con microorganismos muy peligrosos tales como: Campylobacter, Salmonella, E-coli o Clostridium perfringens. Ahora bien, seguro que ahora mismo piensas qué pasa si como pollo en mal estado. Si lo haces te expones potencialmente a una intoxicación alimentaria, lo cual puede suceder por no dejar que la carne se cocine bien o por consumir otros alimentos contaminados con esa carne o sus jugos. Por otra parte, adquirir carne ya congelada es lo ideal, generalmente el pollo entero o sus cortes ya vienen empaquetados y etiquetados con fecha de caducidad, lo cual te da garantía de que no vas a comer pollo en mal estado, siempre que se haya cumplido estrictamente con la cadena del frío. No obstante, si compras carne en un puesto de mercado o un puesto ambulante, debes saber que cuando la carne de pollo no es congelada o refrigerada deben venderse en un plazo máximo de doce horas después de la matanza. Al ser un puesto ambulante, no puedes tener seguridad de esto, ni tampoco de la forma en que esa carne es manipulada. Para evitar intoxicaciones, lo mejor es que, antes de comprarlo, te fijes bien en las siguientes características organolépticas:
- Aspecto. En cuanto al color debe ser brillante y uniforme, siempre tirando hacia lo blanquecino; bien sea un color rosa claro, ligeramente anaranjado o amarillento (debido a su alimentación con maíz), y sus vetas de grasa deben ser blancas. Si hay un ligero oscurecimiento o se ve algo opaco no deberían ser un problema, pues son cambios de pigmentación tras exponerse al oxigeno o por la edad del animal. No obstante, también podrían ser signos que le falta poco tiempo para que el pollo se eche a perder, así que hay que consumirla rápido. No elijas un pollo que se vea muy sangriento, porque es señal que el pollo está podrido; ni tampoco uno con manchas grisáceas, violetas, verdosas o negras (las dos últimas son indicativo de moho) porque se trata de un pollo caducado; tampoco si la grasa es color amarillo, pues es señal de deterioro.
- Aroma. Lo segundo que debes hacer, después de la prueba visual, es hacerle caso a tu olfato, por eso es vital identificar a qué huele el pollo cuando está malo. Por lo general, es un hedor agrio o azufrado, semejante al que sueltan los huevos podridos, lo que es indicativo que debes botarlo de inmediato. El pollo crudo duro, cuando se encuentra en buen estado, tiene un aroma suave y que no se queda en el ambiente.
- Textura. Un pollo en buenas condiciones es blando, pero con cierta firmeza, algo así como una goma. Por el contrario, si es un pollo viscoso, pegajoso o demasiado blando, con un pellejo se desprende con facilidad, déjalo porque ya está pasado.
Si el pollo está cocido
Otra forma en la que se nos puede presentar el pollo en mal estado es después de su cocción, situación que puede sucederte en un restaurante o en tu misma casa. Si esto pasa, hay tres causas principales: materia prima en malas condiciones, una preparación inadecuada y/o una mala manipulación del alimento. ¿A qué nos referimos específicamente con todo esto? Pues a que la carne se descongeló incorrectamente, el pollo quedó poco hecho durante la cocción facilitando así la proliferaron de microrganismos, alguien probó la comida antes de refrigerarla, se dejó la preparación mucho tiempo sobre la estufa aún caliente antes de guardarla, pasaron más de 2 horas antes de guardar la carne ya cocida, no se guardó la comida en un envase hermético, esperamos mucho para consumir la carne después de cocida y refrigerada o no etiquetamos el envase antes de almacenarlo. Sea como sea, cuando el daño ya está hecho, lo importante es que captemos las señales que nos eviten comer pollo en mal estado. Para de esta forma, evitarnos una intoxicación alimentaria, lo cual es especialmente delicado para adultos mayores, niños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas o bajo tratamientos que debiliten el sistema inmunitario; por eso te recomendamos que observes atentamente el alimento, guiándote de tus sentidos, para que detectes las siguientes señales:
- Aspecto. Su color debe ser blanco en el interior y los jugos que sude claros, pero su carne nunca debe verse rosada adentro, pues esto indica que está poco cocida, lo ideal es alcance una temperatura interna de 75 ºC (165 ºF). Ahora bien, qué pasa si comes pollo crudo, pues aumentas enormemente el riesgo de intoxicación alimentaria. Por otra parte, si la carne se ve gris, indica que se trata de un pollo en mal estado, entonces lo mejor es desecharlo de inmediato.
- Olor. Una pregunta que se repite mucho es si el pollo huele mal se puede comer y qué hacer cuando el pollo huele mal, nuestro consejo es simple, en caso de que esto te suceda, no ingieras la carne y deséchala. ¿A qué tipo de olor nos referimos en concreto? Algo así como a huevos podridos o azufre.
- Textura. Debe tener una textura bien firme y que recupere su firmeza después de tocarla. Por el contrario, si está gomosa o poco firme es porque aún se encuentra crudo y susceptible a microrganismos.
- Sabor. Un gusto agrio, o bien, un sabor poco habitual, son signos claros de que está descompuesto. ¡Deséchalo de inmediato!
Consejo: el pollo cocido dura entre 1-2 días fuera del refrigerador, uno u otro dependiendo del clima, y entre 3-4 días refrigerado.
Si el pollo está congelado
Porque la prevención es la mejor forma de evitar una intoxicación alimentaria, te daremos algunas recomendaciones para evitar que se descomponga estando congelado. Primero, si lo adquieres congelado, procura que sea el último artículo que metes en el carrito de la compra, pero antes, verifica la fecha de vencimiento. Segundo, si prefieres congelarlo en casa, hazlo apenas regreses de la compra y divídelo en piezas, esto último te evitará que descongeles y congeles a cada momento la carne que no cocinarás, y finalmente, procura que cuando lo envases quede herméticamente cerrado. Tercero, es muy importante saber cuánto dura el pollo en la nevera, y por supuesto en el congelador, porque de esta manera puedes planificar más acertadamente tú menú; pues bien, un pollo entero congelado dura un año y entre 1-2 días refrigerado, mientras que las piezas de pollo duran hasta 9 meses congeladas y entre 1-2 días refrigeradas. Es probable que muchas veces te hayas preguntado cómo saber si el pollo congelado está malo. Es por ello que te recomendamos estos consejos, para que así las posibilidades de que esto suceda sean mínimas. Siempre debes usar tus sentidos y verificar las siguientes características organolépticas:
- Aspecto. El color del pollo debe ser blanco, sin ningún detalle, es decir uniforme, pero por el contrario, si está gris deséchalo. Si tiene manchas blancas u observas una capa gruesa de hielo alrededor del pollo, significa que tiene congelada más tiempo del debido, preferiblemente no la consumas.
- Olor. Deséchalo si huele a huevos podridos, pues se trata de un pollo congelado en mal estado
Consejo: la carne congelada dura 24 horas sin cocinar, y entre 2-3 días en la nevera, pero no se recomienda congelarla de nuevo.
Si comes pollo en mal estado
Es muy importante saber qué pasa si comes pollo en mal estado, porque a veces no hay efectos secundarios, o si los hay, no representan un problema grave para la salud. No obstante, cuando los niveles de bacterias son muy altos, se está expuesto a una intoxicación alimentaria o enfermedad transmitida por los alimentos. Esto quiere decir que nos exponemos a las toxinas de organismos infecciosos tales como bacterias, virus y parásitos, depositadas en la comida, enfermándonos y comprometiendo nuestra salud. Los síntomas de comer pollo en mal estado, se pueden presentar horas después de ingerido, días o incluso semanas, y la sintomatología será la siguiente, dependiendo de la gravedad. Los síntomas más comunes son:
- Nauseas. Suele durar entre horas y días.
- Vómitos
- Diarrea diluida en sangre
- Dolor abdominal acompañado de calambres
- Fiebre
Cuándo consultar al médico
- Vómitos muy frecuentes e incapacidad de retener líquidos
- Diarrea que dura más de tres días.
- Vómitos o heces que presentan sangre.
- Dolores o calambres abdominales, muy intensos.
- Fiebre alta.
- Síntomas de deshidratación. Sed excesiva, boca seca, poca orina o ausencia de la misma, debilidad extrema o aturdimiento.
- Síntomas neurológicos. Debilidad muscular, visión borrosa y hormigueo en los brazos.
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CDC. (2021, octubre 13). El pollo y la intoxicación por alimentos. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/foodsafety/es/chicken.html
Intoxicación alimentaria. (2021, julio 29). Mayoclinic.org. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/food-poisoning/symptoms-causes/syc-20356230