Receta de Yemas de Santa Teresa

Empieza separando las claras de las yemas. Coloca las yemas en el bowl de tu preferencia, idealmente de Pyrex o metal, ya que verteremos un almíbar que supera los 100 °C. Remuévelas bien y cuélalas para retirar cualquier residuo.

En una cacerola, vierte el azúcar y cubre con el agua. Aromatiza con trozos de ralladura de limón o, si prefieres, utiliza canela en rama. Enciende el fuego medio y deja hervir hasta que alcance entre 107 °C y 112 °C. Si no tienes termómetro, puedes probar la textura: sumerge una cuchara en el almíbar, retírala, deja entibiar rápidamente y, con el dedo índice, toma un poco del almíbar y aplástalo con el dedo pulgar. Luego separa los dedos: debe formarse una hebra que se corta rápidamente.

Vierte esta mezcla sobre las yemas, poco a poco y sin dejar de remover. En este momento no hace falta utilizar una batidora eléctrica, aunque puede simplificar el paso, la idea es que las yemas se atemperen gradualmente para evitar que se coagulen con el almíbar caliente.

Retorna la mezcla al fuego bajo y remueve constantemente hasta que se forme una crema densa y, finalmente, una pasta. Puedes cambiar a una espátula de goma para facilitar el movimiento, sobre todo en los bordes. Cuando la pasta esté formada, retírala del fuego y deja enfriar.

Después de un par de horas, cuando esté bien fría, espolvorea un poco de azúcar impalpable encima, simplemente para que no se pegue a las manos o a la mesa.

Divide la masa en pequeñas porciones, boléalas y pásalas por más azúcar impalpable o, si prefieres una corteza más crujiente, por azúcar blanca granulada.

Coloca las yemas de Santa Teresa en moldes o cápsulas de papel individuales y a disfrutar. ¡Listas! Cuéntanos en los comentarios tu opinión y comparte una fotografía del resultado final.

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Origen y legado de las Yemas de Santa Teresa, el dulce emblemático de Ávila

En la ciudad de Ávila, España, hacia 1860, una confitería comenzó a elaborar estos dulces de yema de huevo inspirándose en la figura de Santa Teresa de Jesús, la religiosa española del siglo XVI que reformó la orden del Carmelo. Esta orden, fundada originalmente en Tierra Santa, se distinguía por su vida de oración, silencio y retiro espiritual. Santa Teresa impulsó una profunda renovación: promovió conventos más austeros, donde las monjas vivían en recogimiento y dedicaban su tiempo al trabajo manual, como el bordado, la cocina y la repostería.

Con el paso del tiempo, las yemas se convirtieron en un símbolo de Ávila y en el obsequio por excelencia para quienes visitan la ciudad. Su textura suave, su sabor delicado y su cuidada presentación las han transformado en un clásico que trasciende generaciones.

Valor nutricional

(por unidad)

• Calorías: 61 kcal
• Proteínas: 1,4 g
• Grasas: 2,7 g
• Carbohidratos: 8 g
• Fibra: g