La mayor parte de los mejillones que compramos en los mercados proceden del cultivo, aunque en ocasiones es posible encontrar mejillón salvaje en ciertas zonas costeras. Debido a su abundancia y a que se capturan con facilidad, podemos consumir mejillones frescos durante todo el año y a un precio muy asequible. De hecho, las grandes posibilidades culinarias son una ventaja; se pueden consumir cocidos al vapor con limón, en escabeche, con tomate o como ingrediente de ensaladas u otros platos.

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