Receta de Quesillo casero


El quesillo es ese postre que transporta a la infancia, lleno de sabor y recuerdos entrañables. Además, como es un postre clásico, queda perfecto para cualquier ocasión, por lo que seguro te sacará de apuros en más de una ocasión. Con solo unos pocos ingredientes que seguro ya tienes en tu cocina, podrás disfrutar de esta elaboración.
En RecetasGratis te enseñamos cómo hacer quesillo casero. ¡Vamos a cocinar!
Ingredientes para hacer Quesillo casero:
Cómo hacer Quesillo casero:
Para hacer el quesillo casero, empieza por preparar el caramelo líquido. Para ello, deposita en una cacerola o sartén el azúcar y el agua. Espera hasta que el azúcar se derrita y se transforme en un líquido dorado.
Truco: vigila el caramelo para que no se ponga demasiado oscuro o se queme, ya que adquiriría un sabor amargo y tendrías que desecharlo.

Vacía el caramelo en un molde o quesillera. Esparce de manera equitativa entre el fondo y las paredes del recipiente.
Truco: siempre que trabajes con caramelo, hazlo con mucho cuidado. Usa guantes de cocina y manipula con atención el caramelo.

Casca los huevos y bátelos ayudándote con un tenedor, una batidora de mano o una batidora eléctrica. Bate hasta que obtengas un líquido uniforme, pero no te excedas, ya que no necesitamos airear la mezcla.
Truco: los huevos deben estar a temperatura ambiente. Si los guardas en la nevera, sácalos 30 minutos antes de comenzar la receta.

Posteriormente, agrega el resto de los ingredientes en el siguiente orden: la leche, la leche condensada y la vainilla. Asegúrate de que cada ingrediente esté totalmente integrado antes de continuar con el siguiente.
Truco: opcionalmente puedes agregar al final brandy o ron.

Una vez que la mezcla esté lista, vacíala en un envase o molde para flanes de tamaño mediano. Recuerda que, siempre que prepares quesillo en baño María, la quesillera o molde debe quedar herméticamente cerrada, ya que si cae agua, el quesillo quedará arruinado.
Truco: si usas un molde para horno en vez de una quesillera, cubre el recipiente con papel de aluminio para aislarlo correctamente.

Hornea al baño maría a 180 ºC durante un mínimo de 45 minutos y hasta 1 hora o más dependiendo del horno. Para saber si está listo, introduce un palillo a los 45 minutos; si sale más o menos seco, significa que el quesillo casero al baño maría está cocido. Si no, continúa con la cocción.
Puedes acompañar el quesillo casero con un poco de nata montada para postres si quieres o crema chantilly para postres.
Truco: la rapidez de cocción varía, pues los hornos caseros son diferentes entre sí en cuanto a la intensidad del calor.

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Qué tipo de leche usar para el quesillo
En este apartado final te desvelamos las diferencias entre las distintas leches y cómo cada una puede transformar el sabor y la textura de tus quesillos. Así podrás tomar tu decisión según el resultado que esperas obtener.
- Leche evaporada. La leche evaporada es leche a la que se le ha eliminado aproximadamente el 60% de su agua. Esto la hace más concentrada y rica en sabor. Al usar leche evaporada en el quesillo, obtendrás un postre cremoso y con un sabor más intenso. Además, su contenido de grasa es moderado, lo que contribuye a una textura suave sin ser demasiado pesada.
- Nata o crema de leche. La nata o crema de leche es rica en grasa (generalmente entre 30% y 40%). Al incorporar nata en el quesillo, se logra una textura extremadamente cremosa y rica. El sabor se vuelve más indulgente y lujoso, lo que puede hacer que el quesillo sea más parecido a un flan o un postre más denso. Sin embargo, es importante equilibrar la cantidad de nata para no hacer el quesillo demasiado pesado.
- Leche entera. La leche entera tiene un contenido de grasa de alrededor del 3.5%. Usar leche entera en el quesillo dará como resultado un postre cremoso y bien equilibrado. La leche entera aporta un buen sabor y una textura suave, sin ser tan rica como la nata. Es una opción popular para quienes buscan un quesillo más ligero, pero aún con buena cremosidad.
- Leche descremada. La leche descremada tiene muy poco o nada de grasa (menos del 0.5%). Si bien es una opción más saludable, usarla en el quesillo puede resultar en un postre menos cremoso y más ligero. La textura puede ser un poco más gelatinosa y el sabor menos rico. Si decides usar leche descremada, podrías considerar añadir un poco de nata o crema para mejorar la cremosidad.
- Leche condensada. La leche condensada es leche a la que se le ha añadido azúcar y se ha reducido. Esto la hace muy dulce y espesa. Al usar leche condensada en el quesillo, el resultado será un postre muy dulce y con una textura densa y cremosa. Es ideal para quienes disfrutan de un sabor más dulce y un quesillo más rico. Sin embargo, es importante ajustar la cantidad de azúcar en la receta, ya que la leche condensada ya aporta bastante dulzura.
- Leche de cabra. Aporta un sabor más fuerte y ligeramente ácido en comparación con la leche de vaca. Esto puede darle al quesillo un perfil de sabor único y más complejo. Por otra parte, la leche de cabra es naturalmente más cremosa, lo que puede contribuir a una textura más suave y rica en el quesillo. Además, es una opción excelente para quienes tienen sensibilidad a la lactosa.