Receta de Bolas de fraile o berlinesas

Para elaborar unas tiernas y esponjosas bolas de fraile, en primer lugar, calienta tibiamente la mitad de la leche aproximadamente y disuelve en ella la levadura fresca.

Truco: es muy importante que la leche esté tibia y no caliente.

Una vez esté disuelta la levadura, añade una cucharada sopera de harina y una cucharada de postre de azúcar a la levadura disuelta y remueve bien deshaciendo los posibles grumos.

Truco: tanto la harina que se le añade a este prefermento como el azúcar, hay que restarlo a de la cantidad total para la receta.

Cubre el prefermento de levadura, leche y azúcar con papel film transparente y deja reposar durante 20 minutos en un lugar cálido y sin corrientes de aires.

Puedes preparar la masa de bolas de fraile a mano, pero es preferible que uses una amasadora, pues así evitarás añadir harina en exceso. Para preparar la masa, pon en el bol de la amasadora la harina (recuerda que le has quitado un poco para el prefermento), el resto de azúcar y leche, una pizca de sal, el huevo, la ralladura de limón y la esencia de vainilla. Por último, añade el prefermento ya reposado. Coloca el gancho de amasar en la amasadora y amasa durante unos minutos hasta que la masa sea homogénea.

Una vez tengas la masa homogénea, añade la manteca o mantequilla troceada en pequeños cubos poco a poco, mientras amasamos a velocidad media. Una vez hayas acabado la mantequilla, amasa durante 10 minutos, en ese momento, si vea que la masa sigue muy blanda y pegajosa, podrás añadir un poco más de harina. En total tienes que amasar durante 20 minutos y la masa se ha tenido que despegar de las paredes y quedando un poco de masa en la base, entonces, estará tu masa de bolas de fraile lista.

Seguidamente, cubre el bol con la masa de bolas de fraile con papel film transparente y deja reposar la masa durante 1 hora y 30 minutos en un lugar cálido sin corrientes de aire.

Pasado el tiempo de reposo de la masa, enharínate ligeramente las manos, coge pequeñas porciones de unos 25 gramos aproximadamente de peso y redondea las bolas con las manos.

Ve depositando las bolas de fraile en una bandeja forrada con papel film. Una vez tengas todas formadas, cubre con un paño de cocina y deja reposar en un lugar cálido y sin corrientes de aire durante 1 hora.

Pasado el tiempo de reposo, pon el aceite de girasol en una olla al fuego fuerte. Una vez esté el aceite caliente, baja el fuego y ve añadiendo las bolas de fraile para que se frían. Una vez esté dorada una de las caras, dales la vuelta para que se doren por la otra cara.

Truco: no pongas muchas bolas de fraile a freír a la ve para que se hagan poco a poco.

Mientras las bolas de fraile se van friendo, prepara un plato con papel de cocina para ir retirándolas al plato para que absorba el aceite sobrante y no queden aceitosas.

En otro plato, pon el azúcar para rebozar las bolas de fraile. Pásalas por el azúcar aún calientes para que el azúcar se pegue en ellas, una vez frías, será más difícil rebozarlas.

Una vez tengas todas las berlinas fritas y rebozadas en azúcar, con ayuda de unas tijeras, haz un corte por la mitad de cada bola de fraile. No hace falta que hagas un corte entero.

Seguidamente, pon el dulce de leche en una manga pastelera y rellena las bolas de fraile o berlinas.

Truco: prueba a rellenarlas con crema pastelera, verás qué ricas quedan también.

Sirve las bolas de fraile fraile enseguida para disfrutar al máximo de su frescura. Es preferible que las consumas el mismo día de su elaboración, pues al día siguiente, la masa quedará algo más dura aunque seguirán igual de ricas. Ya verás cómo van a gustar a todos en casa. Si te animas a hacerlas, nos encantará ver una foto con el resultado final.

Espero que te haya gustado la receta y te invito a que visites mi blog Cakes para ti.

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Bolas de fraile - Origen

Según cuenta la historia del origen de este dulce en Argentina, el particular nombre de las bolas de fraile o berlinesas proviene de un grupo de panaderos anarquistas cuya filosofía político y social estaba en contra de instituciones como la iglesia, en 1887. No obstante, son varios los países que se disputan su autoría, por lo que a día de hoy resulta complicado establecer un origen exacto.

En Alemania, país del que se sospecha que provienen realmente las berlinesas, nacieron alrededor del 1976 de la mano de un conocido pastelero catalogado como tal por Federico el Grande.

Debido, precisamente, a su popularidad en distintos países del mundo, las bolas de fraile son conocidas con distintos nombres. Los más populares son: berlinesa, suspiro de monja, cremitas o, simplemente, bollos.